Expertos señalan que la polución es responsable de miles de
muertes prematuras al año, similar a las que ocurren actualmente por la
violencia
El
número de muertes al año asociadas a la contaminación del aire en México es
similar a las que ocurren actualmente por la violencia en el país. La mala
calidad atmosférica provoca 14 mil 734 muertes prematuras anuales, de acuerdo
con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Mientras que, según datos de la
Procuraduría General de la República (PGR), de enero a septiembre de 2011 hubo
12 mil 903 muertes por hechos criminales.
“Pareciera que a la población ya
no le importa tanto respirar una mala calidad del aire, sino al menos poder
respirar cualquier aire, en términos de la amenaza que sufre por la inseguridad
y por la violencia que hay. Tenemos que hacer un esfuerzo real para poner este
tema en la agenda pública”, aseguró José Luis Lezama, de El Colegio de México
(Colmex).
Durante el panel: Calidad del
aire: los impactos a la salud y el costo de la inacción, expertos afirmaron que
los contaminantes atmosféricos son responsables de miles de muertes prematuras
porque complican y aceleran las defunciones por enfermedades cardiovasculares y
respiratorias.
Entre los años 2001 y 2005
murieron en el país 38 mil personas por cáncer de pulmón, enfermedades
cardiopulmonares e infecciones respiratorias relacionadas a estos
contaminantes.
Estos decesos serían evitables si
se cumplieran las normas oficiales de la calidad del aire. En la Zona
Metropolitana del Valle de México habría 320 defunciones menos si se efectos La
mala calidad del aire causa nacimientos prematuros y aumento en casos de asma.
De acuerdo con los panelistas, si
la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris)
homologara los parámetros como lo establece la OMS, se evitarían más de mil
muertes.
En el país, la mitad del año (al
menos unos 160 días) se violan los límites que establecen las normas de calidad
del aire; los automóviles son los mayores generadores de contaminantes, siendo
los responsables en un 49 por ciento.
Los fallecimientos no son los
únicos efectos de la contaminación atmosférica. Algo que todavía está fuera de
la contabilización de las 14 mil 734 defunciones son la disminución en la
calidad de vida, envejecimiento de los pulmones (como si se hubiera comenzado a
fumar a los ocho o nueve años), nacimientos prematuros y aumentos en los casos
de asma.
“En el Valle de Toluca, si la
tendencia de partículas continúan, estaríamos esperando más de dos mil 500
casos nuevos de asma bronquial”, advierte Víctor Torres, director general del
Centro Estatal de Vigilancia Epidemiológica y Control de Enfermedades del Estado
de México.
Ahí se calculan 432 muertes
anuales. Mientras que en la Zona Metropolitana del Valle de México los decesos
ascienden a cuatro mil al año.
A México la contaminación
atmosférica le ha representado el mayor costo ecológico, de acuerdo con el
INEGI. En 2009, significó 4.4 por ciento del Producto Interno Bruto (más de
cinco mil millones de pesos).
Se calcula que 70 por ciento de
la población, distribuida en 72 ciudades, podría estar expuesta de manera
crónica; sin embargo, sólo en Monterrey, Guadalajara y el Valle de México se ha
monitoreado la calidad del aire. La mayoría de las mediciones a cargo de los
gobiernos locales son tan precarias que en unas 50 es imposible saber qué
respiran sus habitantes.
La responsabilidad de conservar y preservar el
aire que respiramos no es exclusivo de las autoridades, es una responsabilidad
de todos y el hacer conciencia sobre lo que nos estamos provocando es algo que
tenemos que entender.
No queremos que llegue el día en que el salir a
la calle a realizar nuestra actividades cotidianas tengamos que utilizar
mascarillas especiales para respirar un poco de aire, la solución no está en el
futuro está hoy aquí en nuestras manos.
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